Para la empresa China Internacional Marine Containers (CIMC), una empresa global que fabrica y suministra contenedores para el sector de tráfico marítimo, el control de sus productos era un proceso caro y poco efectivo. Cada año la empresa fabrica más de 1 millón de contenedores en 20 fábricas distintas que son almacenados en 40 depósitos diferentes. Para controlar los productos utilizaban principalmente métodos manuales.
CIMC decidió poner en marcha un estudio piloto de control vía RFID en una de las fábricas para controlar los contenedores entre la fábrica y el almacén. Los contenedores son etiquetados con tags pasivos en la fábrica, lo que facilita el control durante el transporte y la recepción en el almacén. Según la empresa esta solución ha reducido las pérdidas de bienes y el tiempo dedicado a buscar contenedores en el depósito, algo que significa un ahorro de 126.000 dólares al año.