El laboratorio mexicano Xega, empresa especializada en soluciones de seguridad, ha creado un chip del tamaño de un grano de arroz, que se injerta entre la piel y el músculo. Una vez injertado, el chip puede comunicar la ubicación e identidad del portador vía satélite las 24 horas del día, los 365 días del año.
Además en caso de accidente proporciona información médica del portador. Esta tecnología se populariza debido al tremendo aumento de la inseguridad en el país. La intervención quirúrgica cuesta 4000 dólares más mantenimiento anual de 2200 dólares. A pesar de ello, no solo adinerados sino también familias de clase media optan por usarlo como medida de seguridad.