Los adelantos tecnológicos hacen que hoy día no sea nada raro asistir al fenómeno en que la vida privada se hace visible en la esfera de lo público. Es que, a través de la videovigilancia, una cámara instalada en cualquier esquina registra actos privados como por ejemplo cruzar la calle.
La tendencia llegó a la ciudad argentina de Rosario, en la provincia de Santa Fe, y el municipio junto con asociaciones comerciales del centro y los barrios pretenden colocar cámaras de seguridad en los corredores principales para monitorear los movimientos. La justicia pide regulación de este sistema. Es que, los sistemas de videovigilancia ponen al desnudo por un lado, el negocio de la privacidad y por otro, que por más pública que sea la calle el derecho a la intimidad se verá recortado en la vía pública con la presencia de las cámaras.