Siete de cada diez ciudadanos se muestran a favor de la instalación de cámaras de seguridad en los lugares públicos, principalmente porque consideran que proporcionan más seguridad y protección. Así se desprende del último estudio de CIS que revela que los encuestados se sitúan en una posición intermedia (6 en un escala del 0 al 10) si tienen que elegir entre disfrutar de más libertad y menos seguridad y viceversa.
Sólo un 10% de los encuestados está en contra de la videovigilancia, debido fundamentalmente a que con ella se pierde intimidad y privacidad, según opinan. Los ciudadanos son más favorables a la instalación de cámaras de vigilancia en bancos, comercios, hospitales, guarderías y colegios y transporte público y en menor medida en lugares de ocio y bares y restaurantes. Un 72,8% está a favor de que la difusión de imágenes grabadas por este tipo de cámaras esté controlada de alguna forma.