Investigadores alemanes de Fraunhofer Gesellschaft han desarrollado una red de "narices química", que pueden oler los productos químicos explosivos ocultos en una persona, y que además es capaz de identificar al portador del explosivo incluso cuando cuando la persona se mueve a través de un espacio atestado de gente.
El sistema funciona con sensores insertados en las paredes que son capaces de olfatear la sustancia nociva, y que avisan de inmediato al personal de seguridad. A medida que la persona que contiene los explosivos se mueve por un corredor, los chips de los sensores pueden ir siguiéndole la pista, lo que ayuda al personal de seguridad a ubicar al delincuente en forma rápida.