Una colaboración entre los militares estadounidenses y el mundo académico intenta reproducir los mecanismos biológicos de detección del dolor, curación e inmunización.
El artículo que aquí presentamos explica que "la variedad de programas maliciosos (no solo virus, sino spyware, troyanos, etc.) se ha multiplicado, y sus intenciones se han vuelto más oscuras. Es que, donde antes sólo había exhibicionismo o gamberradas, ahora se ocultan mafias dedicadas al envío de spam o al robo a gran escala, espionaje de gobiernos hostiles, o incluso ciberterroristas preparando el próximo infocalipsis".
Así las cosas, el Departamento de Defensa estadounidense y varios de sus socios tecnológicos, como Harris Corporation, están invirtiendo millones de dólares en el desarrollo de nuevos modos de defensa contra estos ataques. Un enfoque novedoso proviene del profesor Richard Ford, director del Instituto Harris de Información Segura, integrado en el Instituto Tecnológico de Florida. El profesor Ford y sus colaboradores están enfrascados en diseñar ordenadores que reproduzcan, al menos parcialmente, los mecanismos biológicos de detección de daño y autorreparación.