En Queensland, Australia, se realizará una prueba para una nueva tecnología biométrica en la cual se instalarán cámaras con capacidad para reconocimiento facial con el objetivo de localizar en los espacios públicos a criminales buscados por la policía u otras personas de interés. La prueba utilizará la base de datos policial para analizar las imagenes. Asimismo, se investiga si, además de instalar nuevas cámaras, las que ya están en uso pueden ser conectadas en el nuevo sistema.
Los funcionarios australianos confían en que la tecnología ha avanzado lo suficiente como para ser muy útil en la lucha contra el crimen, y se planea comenzar la prueba este mismo año.