El gobierno del Reino Unido busca castigar a los delincuentes informáticos en su propio terreno, en internet. Así, de aprobarse, la Estrategia de Seguridad Cibernética significará una revolución en la manera en la que se castigue a los sospechosos de realizar fraudes informáticos: el plan de las autoridades inglesas consiste en prohibir el uso de internet o de distintas páginas, lo anterior se decidiría según la gravedad del crimen realizado por el acusado.
Así las cosas, el reglamento prohibiría el uso de redes sociales como Facebook y Twitter o incluso de equipos de cómputo y comunicación, lo que significaría que los ciberdelincuentes cumplirían con su pena en libertad.