En la ciudad de Buenos Aires, Argentina, se ha logrado bajar el índice de criminalidad, principalmente de delitos pequeños como consumo de estupefacientes y robo, gracias al uso de unas 2000 cámaras de videovigilancia y a la creación del Centro Único de Coordinación y Control (CUCC) para el control de dichas cámaras, que funciona junto con un centro de monitoreo urbano. Según Eduardo Martino, superintendente de comunicaciones y servicios técnicos de la Policía Metropolitana de Buenos Aires, “con las cámaras se tiene control de 13% de la ciudad, además de que se responde a más del 30% de los requerimientos, en promedio en entre cinco y siete minutos”.